• Hiperqueratosis (durezas), Helomas, tilomas (callo, clavos), Helomas interdigitales (ojo de gallo) …; Son lesiones dermatológicas asociadas a procesos de fricción o roce mecánico, provocado por deformidades en el pie.
Las retracciones digitales en garra o martillo van a provocar un roce excesivo entre el dorso de los dedos y el calzado, que desarrollara un callo o heloma. El heloma tiene una estructura coniforme que se corresponde con el punto de máxima presión que soporta la piel.
Existen otras zonas del pie donde tradicionalmente se localizan las callosidades, como la zona de apoyo metatarsal. Estas son consecuencia de una sobrecarga localizada bajo la cabeza de un metatarsiano. Esta hiperpresión obedece a alteraciones biomecánicas o estructurales del pie que producen una concentración de peso durante la marcha. Estas sobrecargas son fielmente diagnosticadas mediante sistemas de análisis de presiones plantares.
• Engrosamiento de uñas / onicogrifosis
Las alteraciones ungueales se presentan comúnmente en pacientes con vasculopatias. Los dedos se ven afectados por la disminución del aporte sanguíneo y de esta forma las uñas empiezan a crecer más lentamente y se produce un engrosamiento de la placa ungueal , denominado: onicogrifosis
• Onicomicosis, hongos uñas
Estas distrofias ungueales condicionan la aparición de otras enfermedades de lapies uñas como por ejemplo, la onicomicosis ( infección provocada por la presencia de hongos).
El hongo que infecta la uña es comúnmente el mismo hongo que causa el “pie de atleta” o infección por hongos en la planta del pie. Suele ser de crecimiento lento y produce daño con destrucción variable de la uña que la va lesionando.
Es conveniente empezar el tratamiento lo antes posible, ya que en casos iniciales con tratamientos tópicos sobre la uña puede ser suficiente. En casos más avanzados es necesario pautar medicación oral e incluso combinar ambos tratamientos.
Si existen factores como sudoración excesiva asociados, también deben de tratarse adecuadamente para asegurar el éxito del tratamiento.
• Helomas Subungueales
También es común que debido al engrosamiento de las uñas exista un conflicto con el calzado que traumatiza el dedo por el aumento de presión. Este traumatismo repetido puede generar una callosidad- heloma subugueal que lleve finalmente a una herida debajo de la uña. El podólogo mediante la quiropodia corta y rebaja el grosor de las uñas, previniendo la aparición de complicaciones.
• Uña encarnada
Otro problema frecuente de la uña es la onicocriptosis o uña encarnada. Que consiste en la penetración del borde ungueal en los tejidos que rodean la uña. Se puede producir por múltiples causas como llevar las uñas mal cortadas o un calzado muy ajustado, tendencia hereditaria…. Cuando se produce una presión sobre la uña puede ocurrir que esta se curve hacia abajo y se produzca un crecimiento comprometido en la zona del borde de la uña.
Cuando el paciente percibe el dolor en el dedo, lo más normales intentar cortar la esquina con una tijera-corta uñas, pero por regla general el borde de la uña clavada está demasiado profunda como para poder acceder y el corte que se realiza es tan sólo superficial, dejando una espícula en el borde ungueal. Si la uña clavada llega a causar herida es fácil que se produzca una infección provocando un absceso (inflamación de los tejidos con acumulación de pus). Si la uña se deja sin tratamiento, el proceso infeccioso acabará causando un granuloma, que es un tipo especial de inflamación que se encuentra muy vascularizada, y que es exudativa y extremadamente dolorosa.
El tratamiento quirúrgico consistirá en realizar una pequeña cirugía de carácter ambulatorio. Este tratamiento se utiliza cuando hay presencia de granuloma o cuando las técnicas conservadoras resultan poco efectivas
• Dermatomicosis, pie de atleta…
Las micosis de los pies en sus manifestaciones más frecuentes como el pie atleta deben ser identificadas y tratadas. El pie de atleta, probablemente sea la más común, se localiza en muchas ocasiones afectando los espacios interdigitales, sobre todo en el 4º espacio y puede ocasionar heridas de pronóstico incierto, pero existe gran variedad de dermatomicosis que afectan a los pies.
La infección puede ser aguda o crónica, esta última suele asociarse con onicomicosis ( infección de hongos en las uñas) y cuando la piel afectada por la infección por hongos se debilita o se vuelve quebradiza, puede aparecer una infección bacteriana secundaria asociada.
La onicomicosis es un proceso frecuentemente asintomático, aunque en ocasiones puede producir molestias o dolor, especialmente en el momento de recortarse las uñas o realizar ejercicio físico.
El contagio de esta patología puede deberse a diferentes factores y es mucho más frecuente en la población anciana, diabéticos o inmunodeprimidos y en personas que frecuentan piscinas, vestuarios, gimnasios, así como en profesiones que requieren el uso de zapatos cerrados, sobre todo en ambientes calurosos y húmedos.
Es muy importante diagnosticar la onicomicosis y realizar un tratamiento de eliminación en la mayor brevedad. Existen varias formas de tratamiento y eliminación de los hongos de las uñas.
El diagnóstico se hace generalmente sobre la observación directa de la lesión. Un diagnóstico definitivo se realiza mediante un raspado leve de la piel y el cultivo de la misma. Pero el cultivo tiene el inconveniente que puede tardar hasta tres o cuatro semanas para que el hongo crezca y existe la posibilidad de falsos negativos por un inadecuado raspaje de la piel.
El tratamiento debe enfocarse al control de la infección por hongos, mediante el uso de medicamentos tópicos y orales disponibles para el tratamiento de esta patología y sobre todo, insistir en evitar factores de riesgo como puede ser la humedad, tanto creada por el sudor como por el uso de calzado cerrado y buenos hábitos de higiene.
• Papilomas o verrugas plantares
Otro tipo de infección común son los papilomas o verrugas plantares, la infección del papiloma humano en el pie da lugar a neoplasias epiteliales benignas altamente vascularizadas que pueden anidar en distintas localizaciones. Las presentes en la planta de pie son las más comunes y sintomáticas, pues crecen hacia el interior debido a la presión, a modo de incrustación en la epidermis, comprimiendo las terminaciones nerviosas. Suelen rodearse y recubrirse de formación cornea, por lo que debemos realizar diagnóstico diferencial con helomas o hiperqueratosis.
Este tipo de virus tiene un periodo de incubación de 1 a 6 meses aproximadamente, dependiendo del estado inmunológico del paciente. Se pueden transmitir tanto por contacto directo, como indirecto, generalmente en piscinas, gimnasios, duchas comunes, etc. El virus suele acceder a las capas internas de la piel mediante cortes, abrasiones, dilatación de los poros o maceración por exceso de sudoración
Hay gran diversidad de tratamientos: químicos (Cantaridina, ácidos,nitrato de plata…), combinándolos con tratamientos medicamentosos( Interferón, Cidofovir…)quirúrgicos (cirugía clásica, cirugía láser…), físicos (crioterapia), alternativos (homeopatía, acupuntura…), o antivirales e inmunomoduladores (bleomicina, 5-fluoracilo…)De ahí la importancia de acudir al especialista, quién valorará el tratamiento más adecuado para cada paciente en función de la edad, tipo de lesión, localización y tiempo de evolución.
Ninguno de estos métodos tiene una fiabilidad perfecta por lo que siempre existe la posibilidad de que el papiloma vuelva a aparecer después del tratamiento.
• Hematomas subungueales, flictenas ( ampollas)…
Los hematomas en las uñas y flictemas son muy comunes durante la práctica deportiva. Éstos pueden ser provocados por un traumatismo intenso pero también por microtraumatismos repetidos, causados porque en cada paso, los dedos golpean el zapato o la parte superior del calzado.